Oviedo (2008) aclara que el uso entre señas y signos depende de la preferencia por uno u otro término. En algunos países de habla hispana se prefiere utilizar la palabra signos (España, por ejemplo), en la mayoría se ha optado por señas (Costa Rica, Venezuela, Colombia, Argentina, Uruguay, entre otros); no obstante, existen otros países que usan ambos términos (México, Ecuador, por ejemplo).
Es importante acotar que las lenguas de señas tienen, en las comunidades que las usan, las mismas funciones que las lenguas orales entre las personas oyentes: “(…) una herramienta para modelar el mundo e interpretar las señales recibidas del entorno (…)” (Oviedo, 2008, p. 12); convertirse en un medio de “(…) transmisión y almacenamiento de información (…)” (Oviedo, 2008, p. 12); la “(…) base para la creación de redes sociales (…)” y el “(…) sustento para el desarrollo de la identidad grupal e individual”. (Oviedo, 2008, p. 12).
Para Oviedo (2008), la lingüística de las lenguas de señas es una disciplina cultivada hoy en algunas universidades del mundo entero, y ha llevado a reformular muchos de los supuestos clásicos de la teoría del lenguaje, basados desde sus orígenes en el falso supuesto de que “(…) las lenguas naturales se manifestaban exclusivamente a través del canal oral-auditivo” (p. 13); de allí la importancia para nuestro país, de realizar este estudio.
Autor: Melania Aragón Durán, Lic. Educación especial, Departamento Investigación 2005-2010 Cenarec